jueves, 28 de abril de 2011

Paloma Polo Carreño (Madrid, 1983)

PALOMA POLO CARREÑO

Nació en Madrid en 1983, es licenciada Licenciada en Bellas Artes por la
Universidad Complutense de Madrid.
Ha hecho numerosas exposiciones desde 2004 hasta la actulidad, como en 2007
Colectiva de Dibujo, Galería Estampa en Madrid. Botánico situado en Madrid.
Concurso de arte Joven La Latina y La Latina también en Madrid.
Además ha recibido muchos premios y becas como en 2007
Accésit Certamen Jóvenes Creadores de la Comunidad de Madrid.
Estancias Injuve para la Creación Joven. Mollina - Málaga.
Ella piensa que:
"Hoy en día, mientras lo visual se desmaterializa por el efecto de los medios,
en un mundo que deviene aceleradamente virtual, o precisamente como
resultado de ello, pienso espontáneamente las imágenes como algo físico
: imágenes con superficie, anverso y reverso. Una superficie permeable, siendo
espejo (que nos refleja) o agujero negro (que nos absorbe). Esta
"membrana variable", siempre comprometida con dos partes (dentro/fuera,
observador/representación, el individuo/los otros…) se transforma en la
referencia fundamental que confiere sentido, aquello con lo que ambos lados
se miden."
Su trabajo pretende el acercamiento a lo real ,contempla, así, los mecanismos
que construyen sus representaciones culturales. Dando prioridad a la cultura
visual , intenta estudiar cómo articulamos nuestra relación con las
imágenes, qué sentido tienen nuestros gestos más corrientes hacia ellas.  Su preocupación por tareas simples, consensos automáticos y representaciones
incuestionables conduce a una selección de motivos simples (no por ello
menos complejos) que generan procesos de trabajo.

El trabajo de Paloma Polo Carreño sobre las expediciones astronómicas de los siglos XIX y XX ha sido reconocido por premios como Generaciones 2011, la Muestra de Artes Visuales Injuve y las becas a artistas del MUSAC.


 Guillermo Fernández Méndez y Marta Saco Ortega

Irene Pérez Pérez

Irene Pérez Pérez nació y creció en el caraqueño barrio de La Candelaria, asiento tradicional de inmigrantes canarios desde tiempos coloniales. Hija de “isleños” llegados en los albores del siglo XX, es seguro que su recio carácter fue modelado en la tradición libertaria inaugurada siglos atrás en ese mismo barrio - hacia 1750, sesenta años antes de la fecha de la declaración de le independencia de Venezuela - cuando Juan Francisco de León, su paisano, protagonizara la más genuina rebelión contra el poder absolutista de la corona española en América.
Tras haber intentado llevar su vida adulta con arreglo a los usos sociales que le ofrecían las “buenas costumbres” – se casó e intentó llevar una vida de ama de casa – un buen día, hacia el año 1992, Irene percibió con más claridad, tal vez al doblar una esquina, las voces interiores que le reclamaban un camino distinto de realización personal; y sin pensarlo más, se inscribió en la Cristóbal Rojas, que, además, no quedaba tan lejos de su casa. Así comenzó su aventura como escultora.






Arrastrando penosas dificultades económicas trató, ya desde estudiante, de entablar un trato profesional con el mercado del arte. Privilegiando el tema de la figura femenina (y trajinando sin dudas con ello los dolorosos problemas de identidad propios de toda joven) lograba vender los resultados de sus primeros ensayos aquí y allá, haciendo acopio de recursos materiales y espirituales para continuar su lucha por abrirse un camino.
Todo eso hasta el año 2000 tal vez, cuando en medio de una nueva crisis existencial – ya no le gustaba lo que hasta entonces había hecho – se incorpora a un grupo de reflexión filosófica y conoce a Rafael, su actual pareja.
Desde ese momento todo cambia para Irene. Mucho más segura de sí misma y de sus capacidades, y disfrutando de la creciente acogida que tiene su trabajo por parte del público, ahora centra su búsqueda en un nuevo tema: el equilibrio de la figura – femenina o masculina - en el espacio. En lo sucesivo, sus esculturas levitarán o penderán de alguna manera en un entorno espacial cuidadosamente concebido como vacío. A veces estructurado con una leve señal geométrica – un aro, por ejemplo – a veces sólo determinado por la característica misma del modelado.
Pero Irene es aún una novel escultora, que apenas comienza a experimentar las ingentes dificultades involucradas en el acto creativo. Dueña de certeras intuiciones tiene sin embargo ante sí el grave compromiso de hacerlas lenguaje personal (de pasar de la potencia al acto, Santo Tomás dixit). Una más refinada – o más intencionada si se quiere - comprensión visual de la figura humana, me atrevería a decir, es uno, tal vez el más importante, de los retos que deberá enfrentar en lo adelante. Condición para aliviar la tensión – nunca del todo resuelta en el proceso del arte – entre la idea y su concreción material.
Esta escultora tiene gran cantidad de obras sobre mujeres, a continuación algunas fotos de las mismas:

Abril al aire


                                      Valentina Mediana






lunes, 11 de abril de 2011

La Esperanza de la Macarena


Esta imagen guarda en su realización uno de los grandes enigmas de la historiografía artística de las Hermandades sevillanas pues, a la falta de documentación certera sobre su autoría se le suma la diversidad de atribuciones que ha recibido a lo largo del tiempo y por distintos estudiosos.
De una parte existe la tendencia generalizada a atribuir su talla a la escultora Luisa Roldán, La Roldana, en base a ciertos criterios estilísticos. De otra parte esta teoría no encuentra eco en la documentación de la época, al no hacer referencia alguna a la talla de esta imagen; una talla que por otros autores se cataloga con fecha anterior, sobre el año 1624, año en el que la Hermandad comienza a procesionar, apuntándose entonces a Juan de Mesa como su posible autor.
Sea como fuere, el autor de esta talla debió ser un artista consagrado en la técnica de la imaginería, pues supo plasmar en una cara y unas manos un halo de perfección que aún hoy sorprende. Su rostro es de una clara asimetría, pues no repite ningunos de sus elementos como el arqueamiento de las cejas, la comisura de los labios o el resalte de las mejillas, resultando de una expresión de singular efecto.
La imagen no sufre intervenciones documentadas hasta una época reciente. Así, el cada vez mayor oscurecimiento que presentaba una mancha en su mejilla izquierda hace que la Hermandad decida retirarla del culto en 1978 para una restauración generalizada, llevada a cabo bajo la dirección de Francisco Arquillo.
Los trabajos incluyeron la fijación de la mascarilla, el restañado de grietas y la limpieza y fijación de la policromía de la cara, además de otros referentes a las manos y al ensamblaje en el candelero.
Posteriormente, en marzo de 1981, Emilio Pizarro realizó una nueva restauración que consistió en arreglar el cuerpo de la Virgen, hacerle el maniquí y brazos, y restaurar pestañas, arreglar las lágrimas y retocar algunos desperfectos de la cara. 
                                          Palio de la Macarena                                           
Emilio Mora y Marisol Del Villar

jueves, 7 de abril de 2011

Erma Bombeck

Erma Bombeck Louise, fue una humorista estadounidense que alcanzó gran popularidad por su columna del periódico que describió la vida de casa en los suburbios de la década de 1960 hasta finales de 1990.

Ella alcanzó una gran popularidad para una columna de periódico que mostraba la vida en casa suburbana en la segunda mitad del siglo 20.

Bombeck se graduó de la Universidad de Dayton en 1949 con un título en Inglés. Comenzó su carrera en 1949 como reportera para el New York Herald Diario, pero después de casarse con Bill Bombeck, un amigo de la universidad, ella dejó el trabajo y crió a tres hijos.

Mientras los niños crecían, comenzó a escribir contando cuentos de autoestima sobre la vida de un ama de casa. Se estrenó en el Times-Kettering Oakwood en 1964.
La creciente popularidad llevó en el fin del ingenio para ser distribuido nacionalmente, en 1965, y, finalmente, se ejecutó dos veces por semana en más de 700 periódicos. La columna se recogen en varios libros de mayor venta, y su fama era tal que se realizó una serie de televisión basada en ella.

En 1971, el Bombecks trasladó a Paradise Valley, Arizona.

Bombeck sufría una enfermedad de los riñones, un trastorno hereditario que causa que se formen quistes en los riñones. En 1996 el empeoramiento de la salud la obligó a un trasplante de riñón, y ella murió de complicaciones de ese año.


Manuel Cortés y Miriam Barranco

miércoles, 6 de abril de 2011

LUISA ROLDÁN

Luisa Roldán, conocida popularmente como La Roldana, nace en Sevilla el 8 de septiembre de 1652 y fallece hacia el 1704. Es una de las principales figuras de la escultura del Barroco en la Andalucía de finales del siglo XVII y principios del XVIII. Su fama alcanza mayor relieve desde que Antonio Palomino la reconoció como una escultora tan importante como su padre Pedro Roldán.
Se formó en el taller de su padre junto a sus hermanos Marcelino, Pedro y María, también escultores, y junto a otros miembros más de su familia, pintores y escultores, asimismo vinculados a la vida artística. En contra de la voluntad de su padre contrae matrimonio con Luis Antonio de los Arcos también escultor del taller paterno. De la unión nacieron seis hijos de los cuales cuatro murieron a edad temprana y solo dos le sobrevivieron.
Fue la primera y única mujer que obtuvo el título de escultora de Cámara Real con Carlos II.
Su obra participa de las características generales de la escultura barroca española, pero como rasgos propios podemos destacar su gran movilidad, el gusto por los detalles pintorescos y cierto matiz femenino. Trabajó tanto la madera policromada como el barro siendo precisamente su obra en cerámica y otras de pequeño tamaño la que tuvo una influencia más destacable así como una larga nómina de imitadores.
Algunos ejemplos de sus obras son:

En el Templo principal del convento de los Mínimos Nuestra Señora de la Victoria en Puerto Real, se encuentra la Virgen de la Soledad, obra documentada de la Roldana.
La Virgen de la Soledad tiene el rostro expresivo que caracteriza su obra, las cejas arqueadas y la boca entreabierta de anhelo. Los ojos son de vidrio pintado, lleva pestañas postizas y lágrimas que resbalan por la mejilla.

Esta obra representa la Sagrada Familia.
















Manuel cortés y Miriam Barranco.